Cuando era chica todo era
Disney: las películas que iba a ver al cine, las revistas de historietas con
las que aprendí a leer, hasta los programas de televisión… El mejor programa de
los domingos (a las 8 de la noche para ser exactos) era sentarme a ver “El
Mundo de Disney” antes de enfrentarme a una nueva semana de escuela, madrugones
y deberes escolares. Tengo que decir que mis preferidos eran los patos que,
recién me acabo de enterar, son patos de Pekín: el Tío Rico, Donald, la bruja Mágica…
Pero mis favoritos eran los trillizos: Huey, Dewey and Louie, (no sé por qué en
castellano a alguien se le dio por bautizarlos: Hugo, Paco y Luis, en casi todos
los demás idiomas los nombres riman, como en italiano que se llaman Qui, Quo y
Qua), sobre todo cuando se portaban mal y hacían enojar a Donald. Y junto con
los trillizos traviesos estaba la abuela de Donald, la Abuela Pata que era un
poco la abuela de todos. Si habré tratado de imaginarme el aroma de sus míticos
pasteles de manzana, esos que tenían los orificios en la masa por los que le
salía el humito… los mismos que descansaban en el alfeizar de la ventana de su
cocina en la granja… y desaparecían misteriosamente.
Me pude haber olvidado del
primer centavo de Tío Rico (el de la suerte, el que le atraía la fortuna) pero
lo que nunca olvidé fue el mítico recetario de la Abuela Pata, el que contenía
todos sus secretos y del cual ella sacaba todas sus delicias. Recuerdo que era
bien grande, pesadote y con las hojas amarillas y gastadas como debe ser de
cualquier recetario de cocina que se precie. ¿Nunca se preguntaron de chicos
que recetas tendría ella anotadas ahí? Yo sí. Infinitas veces. Y siempre me
quedé con la duda, siempre fue un misterio para mí.
Bueno, parece que en Italia
no lo fue tanto ya que en los ’70 decidieron publicar el Manuale di Nonna
Papera, gracias al cual muchas nenas dieron sus primeros pasos en la cocina. Si
bien mi referente en la cocina fue otro (yo crecí con las Comiditas de Blanca Cotta y sus simpáticas recetitas en forma de
historieta) no pude evitar sentir cierta nostalgia al enterarme de su
existencia ya que, como les dije al principio, mi infancia fue de la mano de
Disney.
Gracias a la web, pude
rescatar trocitos de ese manual que, por esas cosas de la vida, tiene recetas
que son más italianas que americanas y… ¡hasta incluye la receta del dulce de
leche! Pero una en particular captó mi atención: la torta di mele (torta de manzanas). No tarta, ni pie, una torta
bien “torta”. Y es que en italiano hasta hay un giro idiomático: “Pareva la torta di Nonna Papera!”
(Parece la torta de la Abuela Pata) que dicen los que quieren elogiar una torta
especialmente rica.
Entonces me decidí a
hacerla.
Torta di mele di Nonna Papera
La receta original era con manzanas. Pero como yo no tenía… ¡la hice con
peras y quedó riquísima!
Ingredientes
200g harina
150g azúcar
pizca de polvo de hornear
2 huevos
leche c/n
ralladura de limón (yo usé extracto de vainilla)
1 kg de manzanas (yo usé peras)
Batir bien los huevos con el azúcar. Agregar de a
poco la harina ya mezclada con la levadura y la ralladura de limón alternando
con la leche para que la masa no quede muy dura de consistencia. Colocar la
pasta en una budinera o molde de torta enmantecado y enharinado.
Pelar las peras y cortarlas en tajadas finas y
parejas. Disponerlas en forma elegante sobre la masa de torta y espolvorear la
superficie generosamente con azúcar y pedacitos de manteca. Cocinar por media
hora en horno moderado.
foto: Fragole a merenda
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