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Pasta al limón de Jamie











Jamie Oliver es uno de mis chefs favoritos. Si les dijera que él no me influenció para ser lo que hoy soy, les miento. Recuerdo haberlo visto por primera vez en televisión, en un capítulo de “The Naked Chef”, y se lo veía ahí, lo más pancho, en jean y zapatillas hablando como un erudito del topinambur. Claro, vestido así parecía todavía más chico de lo que era en ese entonces (andaba por los veintipico) y recuerdo que pensé: “¿Y este pendejo quién se cree que es?” Pero no pude evitar parar la oreja y prestar atención a lo que decía y dije: “Esta bueno lo que dice”. De ahí en más no me perdí un episodio más de la serie. 

A pesar de que tuvo sus altibajos (hizo cosas demasiado comerciales para mi gusto), creo que nunca perdió su estilo rustico, casual y lo que era la esencia del programa: la comida simple y sobre todo, rica (deliciosa).

Un buen ejemplo es este plato que les traigo hoy. Con poquitos ingredientes, logra una combinación de sabores sorprendente.

Pasta al limón de Jamie

450g linguini (usar pasta seca, no fresca)
Jugo y ralladura de 3 limones
6 cucharadas de aceite de oliva
125g queso Parmesano, rallado en el momento
Sal marina y pimienta negra en grano, molida en el momento
2 manojos de albahaca fresca, picada fina
100g rúcula

Cocinar la pasta en abundante agua hirviendo con sal durante 10 minutos, escurrir bien y  llevar a una sartén. Aparte, batir el jugo de limón y ralladura con el aceite de oliva y el queso Parmesano hasta que todo quede cremoso. Sazonar con pimienta y agregar más jugo de limón si fuera necesario. Agregar esta salsa de limón a la sartén en donde pusimos la pasta y sacudir la sartén para que toda la pasta tenga su porción de salsa. (El queso Parmesano se derrite en contacto con la pasta caliente). Terminar agregando la albahaca picada y la rúcula. 

Y Jamie nos da este consejo:

Para sacarle la mayor parte del jugo al limón, hacerlo rodar sobre una superficie plana con la palma de tu mano antes de exprimirlo. Y es así, nomás.

Para 6



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Verde que te quiero verde...








Irlanda es un país de hadas y leprechauns. En castellano no existe una palabra equivalente para estos diminutos seres traviesos vestidos de verde que ocupan todo su tiempo haciendo zapatos y encanutando su oro en un caldero escondido al final del arcoiris. Vendrían a ser algo así como unos gnomos o duendes aunque no son ni una cosa ni otra. Y como es un país así, medio mágico, muchas recetas vienen con leyenda, que, dicho sea de paso, son las que más me gustan a mí.

Y hoy, como es el Día de San Patricio, les traigo, como primer receta de mi blog, el pan de soda irlandés.

Este pan es muy fácil de hacer ya que, a diferencia de la mayoría de los panes, no lleva levadura sino bicarbonato de sodio que, al reaccionar con la buttermilk, hace el mismo efecto de levado que la levadura que todos conocemos. Otra cosa que diferencia a este pan de los otros es que se hace con harina común y no harina de fuerza para pan.

La forma tradicional del pan de soda irlandés es dividirlo con el cuchillo en cuatro partes y en cada segmento hacer un hoyito con el dedo para que las hadas salgan por ahí.

Les pido disculpas por la mala calidad de las fotos. Sacar fotos en una cocina profesional no es lo ideal.

La receta que hoy comparto es de Bake, de Rachel Allen, muy conocida en el Reino Unido, quien además tiene una familia política irlandesa así que de esto ¡debe saber mucho!

Pan de soda irlandés

400g harina común
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de sal
350ml de buttermilk *

1.       Precalentar el horno a 230°C.
2.       Tamizar los ingredientes secos en un bol y hacer un hueco en el centro.
3.       Agregar ahí casi todo el buttermilk (dejando 60ml en el jarrito medidor). Unir con la mano abierta sin amasar hasta obtener una masa homogénea. No trabajar más de lo necesario o la masa se volverá pesada. Debe quedar de una consistencia blanda pero no demasiado húmeda y pegajosa.
4.       Cuando se haya unido la masa, volcar sobre la mesada y trabajar un poquito más. Darle forma redonda con las manos de 4 cm de alto y cortar una cruz en el centro del pan con un cuchillo (sin llegar abajo). con la punta del dedo índice, hacer un hoyo en cada intersección.
5.       Colocarla en una placa para horno y hornear por 15 minutos, después bajar el horno a 200°C y seguir horneando por 30 minutos más. Cuando esté listo, golpeen la base del pan con el puno. Si ya está, tiene que sonar algo hueco.
6.       Dejar enfriar sobre rejilla antes de cortar.



*Buttermilk: es el líquido que queda cuando sobrebatimos crema de leche (o sea, cuando nos queda manteca en lugar de la crema batida que tanto esperábamos). Sólo hay que batir crema de leche hasta que comiencen a separarse los líquidos de los sólidos, después colocar los sólidos en un lienzo o gasa y escurrir bien… ¡voilà! Tenemos manteca para el desayuno y de yapa… buttermilk para hacer este rico pan.





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¡Bienvenidos a mi blog!




Después de darle muchas vueltas al asunto, decidí finalmente hacer un blog en castellano. Vamos a ver cómo se va dando la cosa.

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