¿Me
gusta o no me gusta?
Casi uno de los primeros avisos
publicitarios que vi en Inglaterra cuando llegué fue el del Marmite. Y la
publicidad dividía a la gente en dos bandos: o la odiabas o te encantaba. “¿Qué será eso?” pensé yo. Y bien, pues,
Marmite es el nombre comercial del extracto de malta.
Ya les conté antes de mis gustos raros.
Quizás mi afición por el Marmite sea una clara señal de que me estoy volviendo
un poco inglesa, vaya uno a saber.
Y hoy quiero compartir una receta que
terminé haciendo miles de veces desde que la descubrí. La idea no me pertenece
a mí sino a Nigella Lawson. Nigella se inspiró en un libro de Anna del Conte
para este plato y yo, como ese libro no lo tengo, me inspiré en Nigella.
El extracto de malta se usa en muchas
recetas para hacer pan. Si uno se deja llevar por su aspecto, nadie en su sano
juicio lo comería porque parecen las aguas del pantano de esas películas de
terror de los años ’50 (con pésimos efectos especiales). No se los describo más
en detalle porque de verdad quiero que prueben esta receta.
Debo confesarles que cuando la hice por
primera vez, fui al supermercado a comprar el frasco más chico que tuvieran
(por las dudas) y en la cola para pagar juré que me iba a acordar de Nigella y
toda su familia si el plato no me salía bien.
Este es un plato vergonzosamente simple
pero, como ya lo dije en otra oportunidad, los cocineros no siempre tenemos la
posibilidad (o el tiempo) de cocinar platos elaborados. Cuando necesito algo
que me saque del paso, recurro a este. La receta de Nigella es muy pero muy
fácil. Yo la adapté y la hice, si cabe, todavía más fácil. Mejor dicho, la hice
de forma que tenga lo menos posible para lavar.
Spaghetti
con Marmite
100g de pasta seca (el spaghetti le va
muy bien pero yo la hago con cualquier tipo de pasta)
1 cucharada de extracto de malta
(prueben con ½ la primera vez que la hagan, por las dudas)
25-30g manteca
Queso rallado, a gusto
Sal, c/n
Hervir la
pasta en abundante agua con sal. En el bol en donde vamos a comer la pasta
poner la manteca y el extracto de malta.
Cuando la pasta este casi lista, agregar 1 ó 2 cucharadas del agua de cocción
al bol en donde tenemos la manteca y el extracto. No se asusten si ven que la
manteca se corta toda (esto pasa en contacto con el agua) porque apenas le
agreguemos la pasta caliente se va a emulsionar todo. Colar la pasta, agregar a
nuestro bol y mezclar bien para que toda la pasta quede cubierta con la salsa.
Servir inmediatamente con abundante queso rallado por encima.
Les pido un favor. Antes de que salgan
espantados a googlear otra receta, pruébenla y después me cuentan.
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