De esto la culpa la tiene Suar. “Y qué tendrá que
ver un Strudel de cerezas con Adrián Suar?” dirán ustedes. Resulta que me
enganché con una tira de Pol-ka, “Solamente
Vos” y hete aquí que en el último capítulo que vi el personaje de Adrián
termina cantando con sus cinco hijos y Natalia Oreiro la clásica canción de “The Sound of Music”, con los chicos
vestidos de tirolesitos y todo.
Una cosa lleva a la otra y terminé cantando el Do Re Mi y antojándome con Strudel. Como
no tenía manzanas para hacer el relleno clásico, lo hice de cerezas negras.
Confieso que desde que las descubrí me volví adicta. Nada que ver con las
horrorosas cerezas al marraschino que se venden comercialmente.
Tengo que decir que yo soy una de esas. Una de esas
personas que no se cansa de ver “The
Sound of Music” aunque la descubrí de grande. Me sorprende que en mi
colegio no nos la hayan mostrado nunca. Aunque, pensándolo mejor, quizás a las
monjas María les caía gorda largando los hábitos de una vida en menos de dos
horas y corriendo a casarse con su capitán. Demasiada rebeldía para cerebritos
en pleno desarrollo.
Como yo soy de atrapar cuanto libro de cocina se me
pase por delante, tengo algunos bastante raros. Uno de ellos es el libro de
cocina de los von Trapp, los verdaderos von Trapp. El libro se llama “Crisp Apfelstrudel & Schnitzel with
Noodles” que es parte de la canción “MyFavourite Things”. Esperando encontrar LA receta fabulosa del Strudel allí,
casi me caigo sentada cuando leo la receta y me doy cuenta de que usan masa
filo comprada. (¡Horror!)
Así que ni corta ni perezosa, fui a consultar a la
Hermana Bernarda que de repostería teutona sabe muchísimo. Su receta es
facilísima de hacer. Como ya les dije antes, es parecidísima a la masa de
knishes, con la única diferencia que la masa de Strudel lleva huevo y la de
knishes no.
Cuenta la leyenda que la masa de Strudel debe ser
tan transparente que a través de la masa se tiene que poder leer una carta de
amor.
Y más barata no puede ser porque se hace con casi
nada. De relleno, se puede usar cualquier sobrante que tengamos en casa. Y como
si eso fuera poco, la misma masa se puede usar para rellenos dulces y salados.
Porque el Strudel de manzanas no tiene que quedar dulce. Y el de cerezas
tampoco. Para hacer dieta es buenísimo ya que no lleva ni manteca ni azúcar y
da un poco menos de trabajo que los knishes.
El viaje a Salzburg me lo debo pero en alguna vida
me gustaría hacer un picnic en una montaña alpina y sentirme Julie Andrews por
una tarde. O Heidi.
Sauerkirschenstrudel
(Strudel
de cerezas negras)
Masa de Strudel
de la Hermana Bernarda
Ingredientes
150grs. de harina
½ huevo
½ cda. de sal
agua tibia
½ huevo para pintar
antes de poner al horno
3 cucharadas de aceite o
manteca derretida
Preparación
Para la masa
En un bol colocar la
harina, el ½ huevo, la sal, el agua tibia, incluir las 3 cucharadas de aceite o
manteca y unificar hasta obtener una masa bien blanda. Golpear sobre la mesa
para sacar el aire. Dejar reposar unos 40 minutos.
Luego estirar hasta que
la masa quede bien transparente y reservar. Situar la masa estirada sobre un
repasador.
Para el relleno (original
mío)
Pincelar la masa con manteca derretida. Espolvorear
generosamente con almendras molidas y colocar un cordón de cerezas negras en
Kirsch (escurridas). Las almendras se ponen para que absorban el jugo de las
cerezas y la masa no quede gomosa. Pincelar con el ½ huevo restante y
hornear a 200°C hasta que esté dorado.
Mientras está caliente, espolvorear con abundante azúcar impalpable.
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