Como les conté hace un par de días, cada mañana de
Navidad me gusta comer algo recién horneado que tenga que ver con estas fechas.
El día de Navidad es un día especial; es para hacer todo lo que normalmente no
hacemos y, en el caso de mi desayuno, si bien es bastante moderado, me gusta
que sea distinto. Y esta vez les tocó el turno a los mince pies.
Muchos me preguntaron que eran y, la verdad
verdadera, hasta que no llegué a Londres yo no los conocía. Pero, como no me
asusta lo nuevo, apenas tuve la oportunidad de probarlos lo hice y resultaron
muy ricos. Por esas cosas de la vida, siempre me encontré con la variedad
comprada hasta que me animé, recién ayer, a hacerlos. No son precisamente light
por lo que yo, al igual que muchos, trato de comerlos solo en Navidad.
Hacerlos lleva su tiempo, ese tiempo del que solo se
dispone en estas fechas, casi como un ritual, que yo, al menos encuentro
tremendamente terapéutico.
Samuel Pepys menciona a los mince pies por primera
vez en 1662 (los que hacía su esposa debían haber sido muy buenos porque los
nombra bastante seguido en su diario. En el siglo XVII el relleno contenía
carne picada, de ahí el nombre. Se me ocurre que el mincemeat que se hacía antiguamente
era casi como un relleno de empanadas, aunque bastante especiado. Con el
tiempo, la carne picada se fue dejando de lado y llegó a ser el relleno que
conocemos hoy, si seguimos con las comparaciones, diría que es como un chutney
pero dulce.
En las Navidades sajonas medievales, estos
pastelitos seguramente tenían, además de carne picada, toda clase de fruta
seca, que, ya en aquella época era bastante cara, dado los costos de
transporte.
Si bien antiguamente se los hacía en forma cuadrada,
a partir de la Restauración eran generalmente con forma circular. Los había de
todos los tamaños aunque los que comía Pepys tenían el tamaño de los que se
conocen hoy (para los que no saben, el tamaño de una cupcake o muffin). Y hacerlos
también daba el mismo trabajo que ahora.
En el siglo XVIII, cuando el azúcar se volvió más
accesible y no un ingrediente de lujo para los pudientes gracias, irónicamente,
al trabajo de los esclavos en las Indias Occidentales, los mince pies se fueron
volviendo cada vez más dulces. Para ese entonces, la carne picada era un
ingrediente opcional. Llegado el siglo XIX los mince pies ya tenían el gusto
que conocemos hoy en día.
No los aburro más porque estoy segura de que quieren
poner las manos en la masa, en definitiva lo que quieren es la receta. Y aquí va…
Mince pies
Ingredientes
Para el relleno de mincemeat
- 60 ml de vino Oporto
- 75 g de azúcar negra
- 300 g de arándanos rojos (cranberries)
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- ½ cucharadita de clavos de olor molidos (y tamizados)
- 75 g de pasas de uva rubias
- 75 g de pasas de uva negras (sultanas)
- 30 g arándanos secos
- jugo y ralladura de 1 mandarina
- 25 ml de Cognac
- 3 gotitas de extracto de almendras
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 2 cucharadas de miel
Para la masa
- 240g de harina común
- 120g de manteca bien fría
- el jugo de 1 naranja
- pizca de sal
- 350g de mincemeat
- azúcar impalpable para espolvorear (yo no tenía)
- también van a necesitar moldes para cupcakes o muffins para hornear los mince pies.
Cómo se hacen
Para el relleno de mincemeat
- El relleno se puede hacer perfectamente de antemano y tenerlo guardado hasta que lo necesitemos. En una olla grande, disolver a fuego suave el azúcar en el vino Oporto. Agregar los arándanos rojos y revolver. Agregar la canela, el jengibre, los clavos de olor, las dos clases de pasas de uvas y el jugo y ralladura de la mandarina. Llevar a un hervor suave y cocinar por 20 minutos o hasta que la fruta se haya deshecho un poco y haya absorbido la mayor parte del líquido de la olla. (Hay que exprimir los arándanos rojos un poco con el revés de una cuchara de madera para que se integren bien). Retirar del fuego y dejar entibiar un poco. Agregar el cognac, la miel y los extractos de almendras y el de vainilla. Revolver bien con cuchara de madera para prensar la mezclá y que se haga puré. Colocar la mezcla en frascos esterilizados y guardar en la heladera una vez que el relleno se enfríe. La mezcla se puede mantener hasta dos semanas en la heladera.
Para la masa
- Tamizar la harina y la sal en un bol grande. .
- El jugo de naranja se usa bien frio. Si usan jugo de naranjas fresco, exprimir la naranja y poner el jugo, tapado, en la heladera un buen rato.
- Agregar la manteca bien fría a la harina tamizada con la sal. Si tienen procesadora, es ideal para esto. Si son como yo, usen dos cornets tratando de tocotear la masa lo menos posible.
- Agregar de a poco el jugo de naranjas hasta formar una masa homogénea. Si hiciera falta más líquido, agregar agua helada.
- Dividir la masa en tres partes, cubrir con clingfilm y reservar en la heladera, 30 minutos mínimo.
- Hacer la mezcla de mincemeat (esta mezcla se puede hacer de antemano y tener guardada como conserva).
- Precalentar el horno a 220C.
- Estirar cada bollo de masa sobre la mesada enharinada con el palote también enharinado. El espesor debe ser más bien finito pero tiene que poder aguantar el relleno, que es bastante denso.
- Cortar círculos con un cortante y forrar los moldes de cupcakes previamente enmantecados y enharinados. La masa tiene que llegar hasta el borde superior de las cavidades.
- Rellenar con 1 cucharada generosa de mincemeat.
- Cortar círculos más pequeños, del diámetro de los círculos de cupcakes (estos serán la tapa de los mince pies).
- Como yo tengo un cortante en forma de copo de nieve, corte círculos extra, presione el dibujo con el cortante y coloque estos encima de las tapas.
- Hornear de 10 a 15 minutos o hasta que la masa tome color dorado.
- Retirar del horno y quitar los mince pies de la placa inmediatamente. Colocar sobre una rejilla para que se entibien (los mince pies son ideales para comerlos bien calentitos).
- Espolvorear con azúcar impalpable y servir enseguida.
- Reutilizar la masa sobrante para hacer más mince pies, tratando de no tocarla demasiado.
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